Almajara
Sólo pretendo oír el resfrío de las rosas
y la fiebre de los ríos más cercanos
No vengo a agrupar cenizas
ni a golpear a las ardillas que tragan los colores
Sólo quiero afeitar el vicio del ojo
quiero leer las astillas del perfume
Es más fácil hacerle el amor al cielo
que morder con la cruz apagada
No hay que barrer los satélites
ni alinear la viruta
para oxidarse el corazón con las uñas de la noche
(la pesadilla del cajón resopla en todas las nueces)
El ecuador ya dividió el cementerio
y ahora nuestras hormigas creen dormir la fiesta
con la buzarda llena
Soledad
nadie se salvó de tu antigua cara joven
nadie jamás te rechazó la viruta
ni el baúl ceniciento de tu teatro
Te agarré limándote la noche
Los que lustran el gatillo
saben llorar en el ropero
No es tu mano
Es el fusil que tiembla
y acaba
En el frasco de la noche
un rebaño de agujas perfora las bocas
No son tus labios
Es la muerte amedrentada en la lengua
Hay un exceso de rosas cremadas
colgando del ombligo
No es la fiebre del lápiz
Es la vida
literalmente
No hay derecho (gritó)
mientras las caras grises
desde la vereda se le incrustaban en la faringe
El viento fue la única respuesta
ignorándolo tres veces por soplo
mientras un grito de color raquítico
lo atravesaba silenciosamente
Tanta paz en guerra
a veinticuatro horas por kilómetro
(la vida desflemándose con las cabezas en los patines del oro)
No hay derecho (rugió)
y la labia clandestina
le enrojó el sudor a los pobres
sin empujar un segundo la balanza
No existe peor vecino
que una ciudad alquilada por el hambre
Hombres aniquilados
recojan las tripas de la vidriera
Es ésta (si no qué otra)
la vida retorciéndose en guantes blancos
con el arquitecto
proyectando la euritmia de vacíos
el periodista
con fiebre amarilla en el contorno de la lengua
y el ser humano
humándose
elserhumanohumándose
No hay derecho (rezó)
y la urbe quedó más turbada en su propia sal
Sólo el flagelo de la almohada celeste
puede calmar el infierno de esta jungla
Hombres aniquilados
yo también grito
con mis caras grises
el sudor rojo
la fiebre amarilla
y la misma almohada celeste
Yo también grito (rujo)
a toda esta repulsa sin color
Y la vida retorciéndose en guantes blancos
No hay derecho (lloró)
Desalambrarme el todo
que me llegó la púa
Quiero el arqué
que me marque
el porqué del hueso
La carne es belleza
pero te juro que arde
La lagrima se crema en el asfalto
(ni siquiera llora cuando se arrastra)
Todo el ganado de ramas, perras y flores
se consume sin exigir museos
Vos
vas por la ruta de hormigas
tiñendo la suela
y en la sombra universal
te tiras a pescar algo del cielo
Algunos comienzan a subir vestidos de ángel
con anzuelos en los ojos
Te sentás a llorar
y otra vez
ves cómo se divierte la lágrima
Más allá del tango de hojas iluminadas
hoy huelo la muerte a dos centímetros
Más allá de la paloma jugando en el espejo de la ciudad
siento la lombriz agonizando en las paredes del cajón
Acá, una tribu de vacas
oye atentamente
cómo le van quebrando la alfombra a sus hermanas
(y la impotencia de sus cuatro palos
se entierra como patas en el desierto del mar)
Acá, hay un mundo de biblias ahogadas en las bibliotecas
un cementerio que crece
a diez cuerpos por cruz
Hoy -más oruga que nunca-
tengo el hueso vacío sobre las manos
y el drama del salero aplomándose en la frente
Hoy -con el invierno multiplicado-
vomito a la aritmética cotidiana
con el dolor de la vaca muerta en la garganta
y todas mis palomas enterradas en el espejo
Hoy, más allá de acá,
un cielo negro me acaricia con las uñas.
Creo creer
cuando le acaricio la playa al perro
y sufro con el pez atravesado
Creo creer
cuando ciego la materia
y olvido la lengua en la pubertad
Creo creer
cuando rezo a mis hijos que no tengo
y me baño en el brillo de la dentadura materna
Quiero creer
que me des la mano antes de entrar al cajón
El aire te crece torcido
Me enselvo
en tus rezos de blancura amarga
oxidando en sed el horizonte
Sé que ves el espejo que más te alma
Sé que olés el llanto de tus vasos
cuando apenas te rascan la uña
Ese tucán viene a mascarte
y te desnuda con su alcohólica garúa
No está mal escribir la frente de la lágrima
cuando el negro te atormenta
con sus pálidas nueces vacías
Te quedan más de cien trenes
para escurrir los pétalos
con todas las frutas que soñaste mañana
Es primero
calmar el bosque cuando el sol se agita
y escupirle al aire torcido
con la razón del hueso
Sé que no hay asiento en tu cenicero
Engordó tu sombra
y vos escuchando cómo crece la piel
cuando la miel del excremento se derrama
Crece la miel
y va llenando de vacío el vaso
va acariciándote las nueces
Me enselvo
El silbido del álamo
desliza las sedas de un abril
Esa brisa que quiebra los huesos
invita a las borravinas a bailar en el cielo
a tomarse de los pecíolos
a desnudarse con el viento
y espejar el arpegio de los pájaros
amándose por las ramas
agonizando
pero amándose por las ramas
Antes del respiro aciago
te esperará alguna hierba sedienta
seducida por tu limbo esbelto
tu limbo esbelto
que resbala por los corredores ocultos del ramaje
Borravina
¿A qué pasto le darás el alcohol de tus últimas caricias?
Bajo el álamo
acabo contigo
por encima del mundo
En el reverso de la lágrima
se curan las agujas
que me cosen las heridas
Cada puntada ensaña la vida
y el péndulo grita esbelto
deshaciéndome el perfume del tiempo
¿Cuántos hachazos por segundo
faltan para el doce
faltan para el goce
faltan para el olvido
Brillarte
y en tanta penumbra
se descose la risa
Inocente
enhebrando un sueño
Cavilación de la melancolía
Me apiadé
y sigo atando estrellas
creyendo
haciéndome creer
ilusiones que anudo
Y en la almohada
la obsolescencia
ilusiones pérfidas
desesperanza cosida
Se me voló otro pico del veinte
y las alas me duelen hasta el cuello
San Cono
hoy aplauden algunos vecinos
a tu mano muerta
y mis tintas se congelan en un vaso sin nombre
en un hombre sin pasos para los vecinos
En esta yerba nadie moja las manos
y hay mieles que no se apagan tan rápido
Todas las tripas se crucifican
y cada cabeza lleva un panal
Estas cuerdas no encuentran vientre
pero sé que hubo canto
y el mixolidio respira con los tálamos en la puerta
Ya no importa
que no aplaudan los árboles muertos
ni el señor del tiempo
que desnudó el dolor de su fronda
cuando nadie le frenaba el carro
Ya no importa
que las tintas se congelen
y en el vaso quede un céfiro estancado
No hay derecho a nacer torcido
¡Vamos árbol a volar!
Un lunes se detiene
y no sé qué luna pariste
para enloquecerme
Sé que en tu almajara
soy cien huéspedes esperando
albacea de tus últimos gritos
en la vidriera de este infierno
Tus únicos lustres
postran una página de doscientos libros
sin ilustrar manzanas mordidas
Y en el trapecio de una garganta rota
trapaleás
con el hocico hundido de miedo
¿Por qué no te animas
a volar a mi lunes?
Mientras yo en el calabozo
vos comiendo lunas en la primavera
al hilo del día que viene
al del ayer traspasado
Borracha de praderas
galopás tus doscientos vientos
y yo atrincherado
sin olerte los pasos
sin oír el perfume de tus días
¿Dónde se te fue esa mirada
que mamó de mis ojos?
¿En qué luna
carcelaste el recuerdo
para que no te vea bailar?
a C V.V.
Creeme que muero de tu muerte un rato
y el céfiro de tus párpados me alcanza
Ya no quiero alquitranarte
Habrá que esperar corriendo
o sofocar en el hueco de la cama
Hoy tengo que silenciar las camelias
y acajonar tu boca
Me duelen las alas del esclavo rojo
¿no me oíste fingiendo las cadenas
a cien navajas por latido?
Te abalanzabas remojada
y reías al respirarme sangrar
amargamente austera
Trapaleaba la danza salvaje
y te enrredábame en las tripas
Te arrodillábame la vida en puntas de pie
¿Es amor esa luz de la ventana
o es clamor de un vidrio seco
rociado de pasiones blandas
amargamente austeras?
Me mordiste el viento
y lo siento ardiendo en los pasos
en tus baladas balas
las flores floretes
de esta selva asmática
Y la carne sigue abierta
al mar oriente apenas
a mal oliente espera
amargamente austera
¿En qué bolsillo vas a guardar esta noche?
¿En qué noche este bolsillo sudando
a diez nudos por garganta?
Dieznudos
en este espacio latente
¿Cuántas aritméticas
bailan el conjunto visceral
de esas pestañas llenas de ríos
que no confunden?
Opulentamente
vas puliendo el opio
y el oro de la manzana ya está lustrado
¿Cuántos círculos faltan para el cuadrado?
De esta sed geométrica
me quedo con la heurística de tus pasos
Olvidaste tus inviernos en algunas playas
pero no hay nada más digno que la solución de sus labios
Es mejor llorarle a la manzana
y refugiarse en la lengua de los nísperos recién robados
en el tacto taciturno de la madre
Su vientre ya no reza por los dos
y maldecís diciéndolo mejor que nunca
Hoy
con el espejo quebrado
olés la mala suerte por más de siete años
Te soplé tan feroz
que te volaron las espinas
Te costó llorar
y retrucar maquillada
pero saboreaste el amargo
y seguís haciendo flemas
Pensaste que era fácil
sacar laureles del barro
y no oliste en el destierro
la bondad apócrifa
tu brillo sádico
Violaste un corazón
con tu sable rojo
y todavía no sabés
que en el filo de tus ojos
se clavó la sangre
Corrés gorrina
y no ves en tu piel diamante
el poso del tiempo
cremándote la belleza
Los paños
todavía no te duelen en las curvas
pero las luces quemadas por hora
no bailan en tus tacos
no esconden las hormigas de tu miel
Esa máscara de cuatro meses
no puede carcelar tantas noches
No hay cicatriz que cierre este negocio
Cómo existir en una sola poesía
si la vida se destripa en pedazos despedazados
y todavía me arde formar tu figura
si la última cuerda te clava aguda apenas
y a mí me quiebra tan grave como tu cuerpo
y no te desviste la luz de la noche
no te despeina la voz del otoño
y no hay perfume del viento que te apuñale la cicatriz
que te amortaje entera
que taje el amor
Y mis amargos en el conjunto de tus ojos
Gozá las prendas
pero no te desvistas
Gozá la vista
pero no te desprendas
Que la carne te siga cerrada
pero el recuerdo se te abra
en trescientos pedazos
en ochenta noches enteras
No te puedo pisándome las tierras
pero menos te puedo lejos
y no quiero pensar que no te pueda poder
Podrás ensuciar la fruta
pero el fuego de la raíz seguirá sangrando
Respirarte de tan lejos
con el ancla-memoria en los pulmones
latiendo latigazos cerriles
que dan de sangrar tus labios
Cómo aliviar tu garúa en mis pasos
si te huelo en cada esquina
mordiéndome la punta del alma
y pisando flacos laureles
que guardan luz en ataúdes blancos
tan oscuros como mis días
Cada signo me envenena en tu sombra
y no hay perfume entero que logre prohibirte
no hay paz que me invite a caminar de la mano
Comíamos rosas
y escupíamos espinas
Te escribiste un vestido blanco
pero nunca llevaste arroz en el bolsillo
(no te dieron las venas para alquilar este vagón)
Siempre sentí nudillos de mordida cruzada
con el perfume rojo en los colmillos
¿No ves que tengo mil noches tirándome del pelo?
Las estoy tragando
Mi animal empieza
exactamente
donde termina el tuyo
¿A cuántas lenguas de distancia?
No lo sé
Quizá nos separe un vientre
o la cabeza de un esperma
Pero ¿cómo desnudarte el mar que se apoya en el ombligo?
¿cómo ombligarte el desnudo?
No hay garganta posible
(la palabra es una miga de aceite al lado de tu cuerpo)
Y sin embargo
nuestros ojos morfaron de la misma copa
y se amarillaron en el mismo exceso de sábanas
Ya vendrán las horas rojas
sin que te patine el remo
Pero ¿en qué tren navega tu cintura?
¿en qué palacio guardaron tu mejilla?
Mi fuego entra
exactamente
donde escapa el tuyo
Hice el muro
del mintiéndome
Hice en tus labios
el desesperándome
(tu hostia babeante
de mi bautismo)
Creció mi leche
en tu lecho
y no entendés
el hostigo de tu hostia
en el muro que hice
en el amor que hice
sin hacerte el amor
No tanto como hedía en tus ojos
sino
mucho más tarde
¿En qué puerto pariste mi sombra?
¿en qué trinchera este corazón desvirgado?
Cien lágrima viejas
están vomitando por los rincones del cuerpo
Es tarde
aunque el destino siga barajando los espejos
con la cintura mojada
No es el fuego de la esquina
pero esta brasa me está mojando el pómulo
y siento un destino verde
un agujero en el vientre del espejo
Tengo un nudo inmundo entre ceja y reja
y la carta sigue bocabajo
En tu pico mojado
una turbulencia de pájaros
me asesina lateralmente
mordiéndome los pétalos del pecho
Un céfiro se intercepta de punta
y en esas pupilas sobreactuadas
leo todo lo que queda sobre el mantel vacío
sobre el conjunto de lluvias
que deberá crecer
horizontalmente
sobre mi infierno craneal
No es el juego de la esquina
pero sí la espina de este fuego
Mi animal empieza
exactamente
donde termina el tuyo
¿A cuántas lenguas de distancia?
Quizá nos separe un vientre
o la mirada de un esperma
Pero ¿cómo desnudarte el mar que se apoya en el ombligo?
¿cómo ombligarte el desnudo?
No hay garganta posible
(la palabra es una miga de aceite al lado de tu cuerpo)
Y sin embargo
nuestros ojos
se amarillaron en el mismo exceso de sábanas
Ya vendrán las horas rojas
sin que te patine el remo
y el ecuador de tus labios
encenderá la sombra de mis cenizas
Pero ¿en qué tren navega tu cintura?
¿en qué palacio guardaron tu mejilla?
Mi fuego entra
exactamente
donde escapa el tuyo
Verdad
No te oigo la sombra
ni quiero besarla
Verdad
no tengo invierno entre los dientes
ni hay lluvia que pueda arañarme
Verdad
no ruego a cada una de tus piernas
Mentira
Acariciás el borde más peligroso de la luna
y te arropás
Tus ramas por fin escupen la miel
y la pubertad de a poco va perdiendo sus velos
sin hipnotizarte con sus eclipses
Esta noche doblega la luz de tu cuerpo
y aunque no se aclare la solución de este aljibe
quiero dormir rezándote los labios
Nuestras colmenas jamás molieron este opio
esta rapsodia que resuena en los cristales del vientre
El gesto de tu piel
se arena en mis ríos
con el ubérrimo silencio de tus manos
¿No las ves
a estas brasas vecinas
abrazándose?
Ya no hay abanicos de ángel
que me acaricien los años de la noche
hay marfiles volátiles
enclavados en las entrañas
una luz corpórea que desnutre
que desgarra los once dedos de los pies
En las agallas
todos tus inviernos
y algún perfume de apagados laureles
Llevo martillos
hartos de empuñar la grasa
infiernos secretos
que no callan
y cómo de a poco
de a poco cómo
me comen la vida
De bien parida que sos
naciste para parir
y ese don
tu esencia
En el índice
ojos diáfanos
y yo concupiscente
como los míos
Fuselaje bravío
me hice el tajo en tus curvas
y siempre tu ceguera
Me arropaste en tu cedro
como en los huesos de mi madre
cuando todavía la vida perfumaba
Que en tu madera no se ancore la soledad
ni el rencor de la trampa
ni el saber no saber nada
y la corriente perversa
que te sigue arrastrando los ecos dorados
¡Corré a otros cedros corazón carcelario!
Corré que te corre la fiebre
de la rosa atravesada
Si ves en el costurero
abanicado el oro
y reís la piel en soledad
Y en el poso de tu vientre
no brillan mis pedriscos
Si la ilusión descuartizada
ya no arde en tus tacos altos
y en el arpegio
de las últimas voces
no te bailó la bordona
Entonces sí
repará como arisca
y arremoliname
con la fruta emputecida
pero con el entrecejo en alto
muy bien alto
Me pesa la costumbre en la rodilla izquierda
y de un alfiler marchito
te me cuelga el rostro en los sesos
De la espina dorsal
ya no cuelgan anillos blancos
vértebras
sin risas
sólo un aire apagado
noches polvorientas que ahuman
pus de pétalos sin lágrimas
abandonadamente espeso
No hay mordaza
que ahorque la vida
y qué dorsal es todo
cómo pesa la rodilla
Hay días apuñalándose
en la espuma de una noche
y un mundo de pájaros sube por el piso
Unos pocos verdes
se llevan a un raquítico
y un mundo de cielos baja por algunas páginas
En alfombras rojas
se apaga la miseria unos segundos
y un mundo de cerdos sube por las escaleras
Y ese que ríe por lo bajo
mastica la tormenta que lleva atada
subiéndole por el mundo
a Hugo Giovanetti Viola
En el vientre de la pupila
se huelen los huesos
Encendido
el ropaje del viento vertical
es tripulante de tus laberintos
(senderos de tanto oído)
Encendido
En el cenicero
cien pétalos apagados
chorreando calendarios verdes
Cada cruz que te cura ve la espina
y el olvido de verjas viejas se huele
tan escamoso en los labios
y tan hermoso en el alivio
En los ojos (su vientre)
sigo oyéndote la luz
que todavía respira
iquitos
mis tintas empiezan a trapalear
y ya me arde una neurosis
Esas carretas mojadas
mueren por bañarse
y en el maquillaje de su tripa
se huelen los años de espejo
encerando risas apócrifas
y las pálidas luces de sus párpados
No tenés traje
las toxinas te quedaron cortas
y no hay largo de corbata que valga:
por algunas gargantas
los vientos del perfume no corren
ni bailan algunos ángeles
iquitos
los aplausos vienen llenos de alcohol
Todo queda en el sudor de los dos
donde la luz de los labios se trenza con la luna
en la flor que surge adentro de la piedra
Todo queda
y me abrazo a tu ramo de horizontes
para desterrar cuchillos del lomo de los ángeles
La noche te pasaba la lengua
pero nunca quebraste la playa que rodea tu hueso
nunca desvirgaste la garganta
ni te alquitranaste con mármoles secos
Porque los ríos de tu mano
jamás abandonaron a las hormigas
ni al temblor de la semilla
ni a los pezones de la monja
que araña la espalda invertebrada de la muerte
En tu espejo siempre hubo sitio para los niños
que esconden el llanto en la maleta
y escupen al vientre de su madre
También para ese viejo
que se arrodilla en la alfombra negra
y besa el anillo de la pubertad
Por eso no fuiste a congelar las ranas
ni a inventar el pozo donde hunden a los sapos
En tu carpa volaban vírgenes las torres del desierto
Cunas apócrifas
alcornoques descorchados
blandos de la espiga
flemas en la orilla del cielo
Tuviste que morder todos los manteles engrasados
Yo también vomito abrazado de tu mejilla
en los mismos rincones que olvidaste los ojos
cuando los vigilantes de raíces del trébol
y los fundadores de manzanas de plástico
creían masticar tu sudor
y oxigenarse con la luz de tus labios
Yo también vomito
y te invito a brindar de esta sopa
para enterrar la sangre de los maricas
Todo queda en el sudor de los dos
Las tripas ya estaban servidas
Sr. X afiló el estómago
y apuñaló al centro
sin oler los gritos de la pradera
Sr. Y leyó todos los senderos de sangre
y calentó su lengua con el tenedor seco
Z aplaudió al asador
aplastando rítmicamente el dolor del campo
Las tripas se acajonaron
y un perro lavó los platos
enseñando el pasto que dejaba en sus colmillos
Los señores eructaron con su abecedario lleno
y se fueron a masticar otro invierno
En algún barco viejo
hay vientos que cortan banderas
hay maderas que se afilan
y hay una fila de vientos para todo
El tiempo se llena los zapatos de miedo
y no hay alcancía para el llanto
no hay alguacil que cante esta lluvia
y hay una lluvia de cantos para todo
La sombra desnutre las mejores voces
y no hay siesta para cremar una tarde
hay tantos paños para esconder
y hay mil años de maneras para todo
En algún barco viejo
el tiempo se llena los zapatos de miedo
la sombra desnutre las mejores voces
y hay gargantas para todo
hay gargantas para todo
a Galileo y sus hijos
Soplás la roca a la cuarta
se mueve
La selva ya no es redonda
se mueve
El cielo es largo como una hormiga
y se muere
Volás a velocidad de kilómetro cúbico
y no te movés
porque es tu propio alien el que se aparta
sin encontrar la hierba
sin el filamento de la oruga
Aire
sólo queda un pedazo de aire asfixiado
y no te movés
En el cementerio hay más movimiento
que en todo este frasco
Respirá
que la noche no es tan callada como creías
Respirá
La fruta se abre en la mugre
con todos sus hijos
Me asfixio en aire marítimo
y en el umbral no queda llanto
no queda vientre picando
ni espejo de perineo que venda mi jeta
Tus húmeros están sueltos
La cereza de la torta tiene diez mil ladrones
y no quedan payasos que sepan bailar en este infierno
En el jugo de la esperanza hay ochenta por ciento de alcohol
y un siento por siento
La verdad se juega en el borde de la moneda
¿En qué lado creés que se anota el sudor de los dedos?
Pregúntale al perro por la vida color rosas
¿Acaso sabe la lagartija que estás curtiéndote de frío?
En este aire marítimo
se escuchan otros húmeros en los tuyos
otras jetas en tus espejos
y mil rubias tetonas
que tiran la moneda
y me cuentan el porcentaje de alcohol
los ladrones de cereza
y todas las tripas de los dedos sepultadas en la guita
Y en lo más profundo de este infierno
todavía se ve un payaso que sigue bailando
A tus sencillos
le debo mil almas en oscuras
le debo mis curas en el alba
Todavía te huelo entre las rejas
cosiendo estrellas en el cielo gris
donde sólo las moscas parecen saber nadar
Es un sistema de vocablos
morfológicamente opuestos
(pero tu boca gime cuando los morfa)
Decís no entender nada
(pero tu oído se entretiene nadando en sus perfumes)
Cerrá los colores un rato
y respirá estos ojos
¿no los ves latiendo un espectro cromosomático?
Cuando tu lámpara
frota el perímetro de los pies
cuesta confiar en tus orejas
(pero siempre hay una que me da la mano)
No estoy tan verde
En este espacio estrangulado
ya todo trepará de maduro
Un gentío de hormigas
desfila por el asiento de tu única silla
Te sentás a disfrutar
Un rebaño de pájaros
desciende hasta el infierno de tus palmas
Aplaudís la acrobacia
sin que se te caigan
Reptil universal
tu máscara negra derrama la noche
Ya que buscás la geometría de las olas
y hacés acrobacia en la cuerda del horizonte
¿quién te mandó
a trotar
en este océano cósmico?
Reptil universal
me cuesta confiar en tu amor ejecutivo
y en tu sexo casi tan redondo
como las ciegas cicatrices de esta carpa
Invitame a chupar un tren
-el que prefieras-
y escupí la receta de la semilla
Yo sé que el sol te escarcha
cuando lo fumás a los ojos
(y te duele como lamer tu propio parto)
¿Qué hay para rascar
del otro lado
de tu grupo de ojitos telescópicos?
Reptil universal
acariciás la almohada
con el mismo fusil que escribiste la lágrima
Todavía te oigo
alumbrando apenas la orilla
Te invito a tomar un tren
Cuando afilás la vista
es mejor retroceder
y olvidarse de tus muertos
tus vampiros
tu soldado
Porque en la cornisa de tu lengua
el miedo hace su drama de equilibrista
y todo el llanto se sostiene de una pestaña
No quiero verte tragando la sombra
Me ciego a oler
cuando se haga pan
en tu páncreas
miga
en tu hígado
veneno fácil
en la punta de los senos
Cuando afilás la vista
n a v e g o
cibernéticamente
en tu pasado
acariciando las orugas que escribiste
¿Con qué desierto hay que llenarte la faringe?
¿Qué fantasma debe lamerte los ojos?
Yo retrocedo
y tiemblo en toda la alfombra de la boca
con alguien que me ofrece sus migas
Vos
respirás por la lengua
desconectás tu par de almendras negras
y decís no aguantar más las uñas de mis fusiles
mis colmillos
mi cajón
Se te fue la pata
y el animal hoy te duele más que nunca
¿Todavía te ruge el buitre?
No merecés más horizonte
que tu vertical ennegrecida
Seis cuerpos cremados por hora
es un récord duro de latir
(tan duro que me cuesta amasarlo)
Reírse de la fruta
es el mayor dolor del parto
Se te escapó el corazón de dos plazas
y hace rato deberías estar corriéndolo
En cada cena
doce ojos asesinándote
y todavía no cediste la cabecera
(quiero verte masticar este combo)
Los ríos de alquitrán
se te hundieron en la costilla izquierda
y un blanco no salta con tanto negro
(al menos en estas fiestas legales)
Metiste la mano
y el espejo hoy te duele más que nunca
¿Todavía te ruge el buitre?
la amistad se hace peleando
Una tumba en esta copa
para esconder el tumor del llanto
Una tumba
y a incendiar las lunas oprimidas
Una voz oscura (de miel asesinada)
cercena los pasos verdes
¿En qué ríos
voy a secar el repajo de tu garganta ciega?
No es la sal desangrándose
ni la noche ácida que te embarra el sillón
No
Acá no hay injertos para desarmar el oro
ni tálamos para el ojo sucio de la muerte
¿Pero en qué desierto mojar la boca?
¿Dónde escapar la espina que te abraza el invierno?
Yo no me aparto
ni olvido la sangre arañada
Hoy vengo a ofrecer mi tumba
para salvar la rosa destripada
desvertebrar la lágrima
y vomitar a la almohada negra
Una tumba
para el espanto andrajoso de este nudo
Salud
Ahora que la puerta está derecha
y que podés juntar los labios (relle
de la hembra que atrapaste dormido
entonces disfrutas de la “forma” a
travesándote los párpados (rellen
hasta el cenit satelital de la locura
No creés en la geometría (rellenor
pero te persignas de modo rectilíneo
(rellenorellenorellenorellenorell
y eso nunca lo sumaste (rellenorell
(ni lo asumiste) (rellenorellenorell
Sé que deseás la cama redonda (re
y el lienzo más oblicuo que nunca
pero no hay monos para esta jaula
(sos un preso más de la soledad) (r
¿Estuviste alguna vez tan lleno?...
(sólo como para ir redondeando).
Un lunes se detiene
y no sé qué luna pariste
para enloquecerme
Sé que en tu almajara
soy cien huéspedes esperando
albacea de tus últimos gritos
en la vidriera de este infierno
Tus únicos lustres
postran una página de doscientos libros
sin ilustrar manzanas mordidas
Y en el trapecio de una garganta rota
trapaleás
con el hocico hundido de miedo
¿Por qué no te animas
a volar a mi lunes?
Mientras yo en el calabozo
vos comiendo lunas en la primavera
al hilo del día que viene
al del ayer traspasado
Borracha de praderas
galopás tus doscientos vientos
y yo atrincherado
sin olerte los pasos
sin oír el perfume de tus días
¿Dónde se te fue esa mirada
que mamó de mis ojos?
¿En qué luna
carcelaste el recuerdo
para que no te vea bailar?
a C V.V.
Creeme que muero de tu muerte un rato
y el céfiro de tus párpados me alcanza
Ya no quiero alquitranarte
Habrá que esperar corriendo
o sofocar en el hueco de la cama
Hoy tengo que silenciar las camelias
y acajonar tu boca
Me duelen las alas del esclavo rojo
¿no me oíste fingiendo las cadenas
a cien navajas por latido?
Te abalanzabas remojada
y reías al respirarme sangrar
amargamente austera
Trapaleaba la danza salvaje
y te enrredábame en las tripas
Te arrodillábame la vida en puntas de pie
¿Es amor esa luz de la ventana
o es clamor de un vidrio seco
rociado de pasiones blandas
amargamente austeras?
Me mordiste el viento
y lo siento ardiendo en los pasos
en tus baladas balas
las flores floretes
de esta selva asmática
Y la carne sigue abierta
al mar oriente apenas
a mal oliente espera
amargamente austera
¿En qué bolsillo vas a guardar esta noche?
¿En qué noche este bolsillo sudando
a diez nudos por garganta?
Dieznudos
en este espacio latente
¿Cuántas aritméticas
bailan el conjunto visceral
de esas pestañas llenas de ríos
que no confunden?
Opulentamente
vas puliendo el opio
y el oro de la manzana ya está lustrado
¿Cuántos círculos faltan para el cuadrado?
De esta sed geométrica
me quedo con la heurística de tus pasos
Olvidaste tus inviernos en algunas playas
pero no hay nada más digno que la solución de sus labios
Es mejor llorarle a la manzana
y refugiarse en la lengua de los nísperos recién robados
en el tacto taciturno de la madre
Su vientre ya no reza por los dos
y maldecís diciéndolo mejor que nunca
Hoy
con el espejo quebrado
olés la mala suerte por más de siete años
Te soplé tan feroz
que te volaron las espinas
Te costó llorar
y retrucar maquillada
pero saboreaste el amargo
y seguís haciendo flemas
Pensaste que era fácil
sacar laureles del barro
y no oliste en el destierro
la bondad apócrifa
tu brillo sádico
Violaste un corazón
con tu sable rojo
y todavía no sabés
que en el filo de tus ojos
se clavó la sangre
Corrés gorrina
y no ves en tu piel diamante
el poso del tiempo
cremándote la belleza
Los paños
todavía no te duelen en las curvas
pero las luces quemadas por hora
no bailan en tus tacos
no esconden las hormigas de tu miel
Esa máscara de cuatro meses
no puede carcelar tantas noches
No hay cicatriz que cierre este negocio
Cómo existir en una sola poesía
si la vida se destripa en pedazos despedazados
y todavía me arde formar tu figura
si la última cuerda te clava aguda apenas
y a mí me quiebra tan grave como tu cuerpo
y no te desviste la luz de la noche
no te despeina la voz del otoño
y no hay perfume del viento que te apuñale la cicatriz
que te amortaje entera
que taje el amor
Y mis amargos en el conjunto de tus ojos
Gozá las prendas
pero no te desvistas
Gozá la vista
pero no te desprendas
Que la carne te siga cerrada
pero el recuerdo se te abra
en trescientos pedazos
en ochenta noches enteras
No te puedo pisándome las tierras
pero menos te puedo lejos
y no quiero pensar que no te pueda poder
Podrás ensuciar la fruta
pero el fuego de la raíz seguirá sangrando
Respirarte de tan lejos
con el ancla-memoria en los pulmones
latiendo latigazos cerriles
que dan de sangrar tus labios
Cómo aliviar tu garúa en mis pasos
si te huelo en cada esquina
mordiéndome la punta del alma
y pisando flacos laureles
que guardan luz en ataúdes blancos
tan oscuros como mis días
Cada signo me envenena en tu sombra
y no hay perfume entero que logre prohibirte
no hay paz que me invite a caminar de la mano
Comíamos rosas
y escupíamos espinas
Te escribiste un vestido blanco
pero nunca llevaste arroz en el bolsillo
(no te dieron las venas para alquilar este vagón)
Siempre sentí nudillos de mordida cruzada
con el perfume rojo en los colmillos
¿No ves que tengo mil noches tirándome del pelo?
Las estoy tragando
Mi animal empieza
exactamente
donde termina el tuyo
¿A cuántas lenguas de distancia?
No lo sé
Quizá nos separe un vientre
o la cabeza de un esperma
Pero ¿cómo desnudarte el mar que se apoya en el ombligo?
¿cómo ombligarte el desnudo?
No hay garganta posible
(la palabra es una miga de aceite al lado de tu cuerpo)
Y sin embargo
nuestros ojos morfaron de la misma copa
y se amarillaron en el mismo exceso de sábanas
Ya vendrán las horas rojas
sin que te patine el remo
Pero ¿en qué tren navega tu cintura?
¿en qué palacio guardaron tu mejilla?
Mi fuego entra
exactamente
donde escapa el tuyo
Hice el muro
del mintiéndome
Hice en tus labios
el desesperándome
(tu hostia babeante
de mi bautismo)
Creció mi leche
en tu lecho
y no entendés
el hostigo de tu hostia
en el muro que hice
en el amor que hice
sin hacerte el amor
No tanto como hedía en tus ojos
sino
mucho más tarde
¿En qué puerto pariste mi sombra?
¿en qué trinchera este corazón desvirgado?
Cien lágrima viejas
están vomitando por los rincones del cuerpo
Es tarde
aunque el destino siga barajando los espejos
con la cintura mojada
No es el fuego de la esquina
pero esta brasa me está mojando el pómulo
y siento un destino verde
un agujero en el vientre del espejo
Tengo un nudo inmundo entre ceja y reja
y la carta sigue bocabajo
En tu pico mojado
una turbulencia de pájaros
me asesina lateralmente
mordiéndome los pétalos del pecho
Un céfiro se intercepta de punta
y en esas pupilas sobreactuadas
leo todo lo que queda sobre el mantel vacío
sobre el conjunto de lluvias
que deberá crecer
horizontalmente
sobre mi infierno craneal
No es el juego de la esquina
pero sí la espina de este fuego
Mi animal empieza
exactamente
donde termina el tuyo
¿A cuántas lenguas de distancia?
Quizá nos separe un vientre
o la mirada de un esperma
Pero ¿cómo desnudarte el mar que se apoya en el ombligo?
¿cómo ombligarte el desnudo?
No hay garganta posible
(la palabra es una miga de aceite al lado de tu cuerpo)
Y sin embargo
nuestros ojos
se amarillaron en el mismo exceso de sábanas
Ya vendrán las horas rojas
sin que te patine el remo
y el ecuador de tus labios
encenderá la sombra de mis cenizas
Pero ¿en qué tren navega tu cintura?
¿en qué palacio guardaron tu mejilla?
Mi fuego entra
exactamente
donde escapa el tuyo
Verdad
No te oigo la sombra
ni quiero besarla
Verdad
no tengo invierno entre los dientes
ni hay lluvia que pueda arañarme
Verdad
no ruego a cada una de tus piernas
Mentira
Acariciás el borde más peligroso de la luna
y te arropás
Tus ramas por fin escupen la miel
y la pubertad de a poco va perdiendo sus velos
sin hipnotizarte con sus eclipses
Esta noche doblega la luz de tu cuerpo
y aunque no se aclare la solución de este aljibe
quiero dormir rezándote los labios
Nuestras colmenas jamás molieron este opio
esta rapsodia que resuena en los cristales del vientre
El gesto de tu piel
se arena en mis ríos
con el ubérrimo silencio de tus manos
¿No las ves
a estas brasas vecinas
abrazándose?
Ya no hay abanicos de ángel
que me acaricien los años de la noche
hay marfiles volátiles
enclavados en las entrañas
una luz corpórea que desnutre
que desgarra los once dedos de los pies
En las agallas
todos tus inviernos
y algún perfume de apagados laureles
Llevo martillos
hartos de empuñar la grasa
infiernos secretos
que no callan
y cómo de a poco
de a poco cómo
me comen la vida
De bien parida que sos
naciste para parir
y ese don
tu esencia
En el índice
ojos diáfanos
y yo concupiscente
como los míos
Fuselaje bravío
me hice el tajo en tus curvas
y siempre tu ceguera
Me arropaste en tu cedro
como en los huesos de mi madre
cuando todavía la vida perfumaba
Que en tu madera no se ancore la soledad
ni el rencor de la trampa
ni el saber no saber nada
y la corriente perversa
que te sigue arrastrando los ecos dorados
¡Corré a otros cedros corazón carcelario!
Corré que te corre la fiebre
de la rosa atravesada
Si ves en el costurero
abanicado el oro
y reís la piel en soledad
Y en el poso de tu vientre
no brillan mis pedriscos
Si la ilusión descuartizada
ya no arde en tus tacos altos
y en el arpegio
de las últimas voces
no te bailó la bordona
Entonces sí
repará como arisca
y arremoliname
con la fruta emputecida
pero con el entrecejo en alto
muy bien alto
Me pesa la costumbre en la rodilla izquierda
y de un alfiler marchito
te me cuelga el rostro en los sesos
De la espina dorsal
ya no cuelgan anillos blancos
vértebras
sin risas
sólo un aire apagado
noches polvorientas que ahuman
pus de pétalos sin lágrimas
abandonadamente espeso
No hay mordaza
que ahorque la vida
y qué dorsal es todo
cómo pesa la rodilla
Hay días apuñalándose
en la espuma de una noche
y un mundo de pájaros sube por el piso
Unos pocos verdes
se llevan a un raquítico
y un mundo de cielos baja por algunas páginas
En alfombras rojas
se apaga la miseria unos segundos
y un mundo de cerdos sube por las escaleras
Y ese que ríe por lo bajo
mastica la tormenta que lleva atada
subiéndole por el mundo
a Hugo Giovanetti Viola
En el vientre de la pupila
se huelen los huesos
Encendido
el ropaje del viento vertical
es tripulante de tus laberintos
(senderos de tanto oído)
Encendido
En el cenicero
cien pétalos apagados
chorreando calendarios verdes
Cada cruz que te cura ve la espina
y el olvido de verjas viejas se huele
tan escamoso en los labios
y tan hermoso en el alivio
En los ojos (su vientre)
sigo oyéndote la luz
que todavía respira
iquitos
mis tintas empiezan a trapalear
y ya me arde una neurosis
Esas carretas mojadas
mueren por bañarse
y en el maquillaje de su tripa
se huelen los años de espejo
encerando risas apócrifas
y las pálidas luces de sus párpados
No tenés traje
las toxinas te quedaron cortas
y no hay largo de corbata que valga:
por algunas gargantas
los vientos del perfume no corren
ni bailan algunos ángeles
iquitos
los aplausos vienen llenos de alcohol
Todo queda en el sudor de los dos
donde la luz de los labios se trenza con la luna
en la flor que surge adentro de la piedra
Todo queda
y me abrazo a tu ramo de horizontes
para desterrar cuchillos del lomo de los ángeles
La noche te pasaba la lengua
pero nunca quebraste la playa que rodea tu hueso
nunca desvirgaste la garganta
ni te alquitranaste con mármoles secos
Porque los ríos de tu mano
jamás abandonaron a las hormigas
ni al temblor de la semilla
ni a los pezones de la monja
que araña la espalda invertebrada de la muerte
En tu espejo siempre hubo sitio para los niños
que esconden el llanto en la maleta
y escupen al vientre de su madre
También para ese viejo
que se arrodilla en la alfombra negra
y besa el anillo de la pubertad
Por eso no fuiste a congelar las ranas
ni a inventar el pozo donde hunden a los sapos
En tu carpa volaban vírgenes las torres del desierto
Cunas apócrifas
alcornoques descorchados
blandos de la espiga
flemas en la orilla del cielo
Tuviste que morder todos los manteles engrasados
Yo también vomito abrazado de tu mejilla
en los mismos rincones que olvidaste los ojos
cuando los vigilantes de raíces del trébol
y los fundadores de manzanas de plástico
creían masticar tu sudor
y oxigenarse con la luz de tus labios
Yo también vomito
y te invito a brindar de esta sopa
para enterrar la sangre de los maricas
Todo queda en el sudor de los dos
Las tripas ya estaban servidas
Sr. X afiló el estómago
y apuñaló al centro
sin oler los gritos de la pradera
Sr. Y leyó todos los senderos de sangre
y calentó su lengua con el tenedor seco
Z aplaudió al asador
aplastando rítmicamente el dolor del campo
Las tripas se acajonaron
y un perro lavó los platos
enseñando el pasto que dejaba en sus colmillos
Los señores eructaron con su abecedario lleno
y se fueron a masticar otro invierno
En algún barco viejo
hay vientos que cortan banderas
hay maderas que se afilan
y hay una fila de vientos para todo
El tiempo se llena los zapatos de miedo
y no hay alcancía para el llanto
no hay alguacil que cante esta lluvia
y hay una lluvia de cantos para todo
La sombra desnutre las mejores voces
y no hay siesta para cremar una tarde
hay tantos paños para esconder
y hay mil años de maneras para todo
En algún barco viejo
el tiempo se llena los zapatos de miedo
la sombra desnutre las mejores voces
y hay gargantas para todo
hay gargantas para todo
a Galileo y sus hijos
Soplás la roca a la cuarta
se mueve
La selva ya no es redonda
se mueve
El cielo es largo como una hormiga
y se muere
Volás a velocidad de kilómetro cúbico
y no te movés
porque es tu propio alien el que se aparta
sin encontrar la hierba
sin el filamento de la oruga
Aire
sólo queda un pedazo de aire asfixiado
y no te movés
En el cementerio hay más movimiento
que en todo este frasco
Respirá
que la noche no es tan callada como creías
Respirá
La fruta se abre en la mugre
con todos sus hijos
Me asfixio en aire marítimo
y en el umbral no queda llanto
no queda vientre picando
ni espejo de perineo que venda mi jeta
Tus húmeros están sueltos
La cereza de la torta tiene diez mil ladrones
y no quedan payasos que sepan bailar en este infierno
En el jugo de la esperanza hay ochenta por ciento de alcohol
y un siento por siento
La verdad se juega en el borde de la moneda
¿En qué lado creés que se anota el sudor de los dedos?
Pregúntale al perro por la vida color rosas
¿Acaso sabe la lagartija que estás curtiéndote de frío?
En este aire marítimo
se escuchan otros húmeros en los tuyos
otras jetas en tus espejos
y mil rubias tetonas
que tiran la moneda
y me cuentan el porcentaje de alcohol
los ladrones de cereza
y todas las tripas de los dedos sepultadas en la guita
Y en lo más profundo de este infierno
todavía se ve un payaso que sigue bailando
A tus sencillos
le debo mil almas en oscuras
le debo mis curas en el alba
Todavía te huelo entre las rejas
cosiendo estrellas en el cielo gris
donde sólo las moscas parecen saber nadar
Es un sistema de vocablos
morfológicamente opuestos
(pero tu boca gime cuando los morfa)
Decís no entender nada
(pero tu oído se entretiene nadando en sus perfumes)
Cerrá los colores un rato
y respirá estos ojos
¿no los ves latiendo un espectro cromosomático?
Cuando tu lámpara
frota el perímetro de los pies
cuesta confiar en tus orejas
(pero siempre hay una que me da la mano)
No estoy tan verde
En este espacio estrangulado
ya todo trepará de maduro
Un gentío de hormigas
desfila por el asiento de tu única silla
Te sentás a disfrutar
Un rebaño de pájaros
desciende hasta el infierno de tus palmas
Aplaudís la acrobacia
sin que se te caigan
Reptil universal
tu máscara negra derrama la noche
Ya que buscás la geometría de las olas
y hacés acrobacia en la cuerda del horizonte
¿quién te mandó
a trotar
en este océano cósmico?
Reptil universal
me cuesta confiar en tu amor ejecutivo
y en tu sexo casi tan redondo
como las ciegas cicatrices de esta carpa
Invitame a chupar un tren
-el que prefieras-
y escupí la receta de la semilla
Yo sé que el sol te escarcha
cuando lo fumás a los ojos
(y te duele como lamer tu propio parto)
¿Qué hay para rascar
del otro lado
de tu grupo de ojitos telescópicos?
Reptil universal
acariciás la almohada
con el mismo fusil que escribiste la lágrima
Todavía te oigo
alumbrando apenas la orilla
Te invito a tomar un tren
Cuando afilás la vista
es mejor retroceder
y olvidarse de tus muertos
tus vampiros
tu soldado
Porque en la cornisa de tu lengua
el miedo hace su drama de equilibrista
y todo el llanto se sostiene de una pestaña
No quiero verte tragando la sombra
Me ciego a oler
cuando se haga pan
en tu páncreas
miga
en tu hígado
veneno fácil
en la punta de los senos
Cuando afilás la vista
n a v e g o
cibernéticamente
en tu pasado
acariciando las orugas que escribiste
¿Con qué desierto hay que llenarte la faringe?
¿Qué fantasma debe lamerte los ojos?
Yo retrocedo
y tiemblo en toda la alfombra de la boca
con alguien que me ofrece sus migas
Vos
respirás por la lengua
desconectás tu par de almendras negras
y decís no aguantar más las uñas de mis fusiles
mis colmillos
mi cajón
Se te fue la pata
y el animal hoy te duele más que nunca
¿Todavía te ruge el buitre?
No merecés más horizonte
que tu vertical ennegrecida
Seis cuerpos cremados por hora
es un récord duro de latir
(tan duro que me cuesta amasarlo)
Reírse de la fruta
es el mayor dolor del parto
Se te escapó el corazón de dos plazas
y hace rato deberías estar corriéndolo
En cada cena
doce ojos asesinándote
y todavía no cediste la cabecera
(quiero verte masticar este combo)
Los ríos de alquitrán
se te hundieron en la costilla izquierda
y un blanco no salta con tanto negro
(al menos en estas fiestas legales)
Metiste la mano
y el espejo hoy te duele más que nunca
¿Todavía te ruge el buitre?
la amistad se hace peleando
Una tumba en esta copa
para esconder el tumor del llanto
Una tumba
y a incendiar las lunas oprimidas
Una voz oscura (de miel asesinada)
cercena los pasos verdes
¿En qué ríos
voy a secar el repajo de tu garganta ciega?
No es la sal desangrándose
ni la noche ácida que te embarra el sillón
No
Acá no hay injertos para desarmar el oro
ni tálamos para el ojo sucio de la muerte
¿Pero en qué desierto mojar la boca?
¿Dónde escapar la espina que te abraza el invierno?
Yo no me aparto
ni olvido la sangre arañada
Hoy vengo a ofrecer mi tumba
para salvar la rosa destripada
desvertebrar la lágrima
y vomitar a la almohada negra
Una tumba
para el espanto andrajoso de este nudo
Salud
Ahora que la puerta está derecha
y que podés juntar los labios (relle
de la hembra que atrapaste dormido
entonces disfrutas de la “forma” a
travesándote los párpados (rellen
hasta el cenit satelital de la locura
No creés en la geometría (rellenor
pero te persignas de modo rectilíneo
(rellenorellenorellenorellenorell
y eso nunca lo sumaste (rellenorell
(ni lo asumiste) (rellenorellenorell
Sé que deseás la cama redonda (re
y el lienzo más oblicuo que nunca
pero no hay monos para esta jaula
(sos un preso más de la soledad) (r
¿Estuviste alguna vez tan lleno?...
(sólo como para ir redondeando).